Muchas veces el destino nos pone dos alternativas a seguir, y casi siempre por instinto se elige la que brinda más satisfacciones. Eso le pasó al joven Johnny Mathis, quien entre viajar a los juegos olímpicos o ir a una sesión para probarse como cantante.
Johnny se quedó con esta última y triunfó, convirtiéndose en uno de los cantantes más famosos de la historia del pop de USA. Millones de discos vendidos, trofeos y su nombre en los salones de la fama, hacen a Mathis una verdadera estrella de la música.
Nacido en septiembre 1935, John Royce Mathis, pasó su juventud en California. Apoyado por su familia, estudia canto y a la vez, es un excelente deportista que práctica disciplinas como baloncesto y salto. A los 19 años llega su estrella de la fama y comienza a grabar. Su primer éxito se mantiene varias semanas en el ranking de la revista Billboard: It's Not for Me to Say, después de viene “Maravilloso, Maravilloso”, que son las iniciadora de una larga lista de hits.
Su gusto por el jazz, lo hace permanecer fiel a los ritmos románticos que se reflejan en casi 200 álbumes grabados durante su historia musical de cincuenta años. Su popularidad decae a fines de los sesenta, pero su trabajo se mantiene, el que llega año a año a sus admiradores con versiones de canciones famosas, pero con su voz y estilo.
Quizás los éxitos de Johnny Mathis decayeron, pero su fama se mantuvo. En 1996, tras largos años de rumores sobre su sexualidad, Mathis rompe el silencio y se confiesa homosexual, lo que lo libera de cadenas. En 1982, en una entrevista ya había reconocido esa condición, pero guardó un discreto silencio, debido a amenazas de muerte que había recibido.
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