Varios son los mitos se rodean la historia de la muerte de Javier Solis. Hace muchos años a un tío le escuché decir que Solís, no había muerto, que vivía en una ciudad de Centroamérica desfigurado. ¿Impresiona? Este es uno de los relatos que alimentan un mito, como es la vida y música de Javier Solís, que apenas cursó los primero años de enseñanza, y su corta vida artística de sólo diez años.
Javier Solís, nació en México en septiembre de 1931, con el nombre de Gabriel Siria Levario. Hijo de un panadero y una ama de casa, a los que poco conoció, ya que vivió con una tía sus primero años de vida. El joven Solis, dejó sus estudios para trabajar. A los pocos años muere su madre postiza, lo cual afecta al cantante.
Ejerciendo el oficio de carnicero, toma clases de canto y forma sus primeros grupos que cantan en
Desde ese momento vivió la fama y su voz de macho de mirada severa, recorrieron cada rincón de Hispanoamérica. Grabó más de 300 canciones, filmó diez películas, conoció a los más grandes, como a Sinatra.
En la cima de su carrera, Javier Solís se avergonzaba de su pasado humilde, como una pesada cadena de la cual nunca se pudo zafar. En abril de 1966 se interna en una clínica de ciudad de México, por problema en la vesícula. Según una versión sobre su muerte, no habría respetado las indicaciones médicas y eso habría originado su muerte el 16 de abril de 1966, cuando tenía 34 años.
Entrega Total es de su álbum “Romances” del año 1964, puede bajarlo haciendo clic aquí.
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